domingo, 24 de febrero de 2013

NUESTRO MÉDANO y El Cañaveral

LA IMAGEN NOS PRODUCE
UNA CASCADA DE RECUERDOS...


Médano siempre, lugar de veraneo popular,
de gente de la tierra antes que de fuera,
y los de fuera nunca molestaron porque son 2 grupos diferenciados:
mundo del windsurf, divertidos, jóvenes
y respetuosos con el lugar
y jubilados de larga duración
que paseaban y charlaban.
Ya luego se unieron trabajadores del aeropuerto
y hostelería de la zona...
A mi me encanta mi Médano,
el sur guiri bullicioso y caótico de Torviscas Américas
nunca me gustó, pero al Médano?? 
Las veces que haga falta y encantado!!!


(Recuerdas tu casa Erik?)

Lástima no haber conservado y planificado un poco mejor
para mantener la personalidad del pueblo pescador,
pero ya se sabe...
sucumbió al ladrillo y al dinero como tantos pueblos
y se volvieron loquitos sobre todo al margen izquierdo del pueblo...
bloques y mas bloques de apartamentos...
no se pa que tantos si dos tercios están vacios...


En 1960 el pueblecito costero tenía cuatro calles
sin asfaltar ni alinear recubiertas de arena.
El viento, constante, azotaba los cuerpos de los bañistas,
algunos extranjeros nórdicos y familias de veraneantes procedentes,
en su mayoría, de Santa Cruz, La Laguna y La Orotava.


El hotel "Médano", que explotaba una firma británica (Rank),
destacaba sobre un conjunto de casas terreras
-la mayoría- pintadas de blanco.
Todos los días, al atardecer, el farero, un señor mayor,
recio y canoso, salía de su casa, en Los Tarajales,
y colocaba la linterna de petróleo
en un mástil metálico que se alzaba al final del muelle.
Frente a la fonda "La Pilarica", que regentaba la familia Socas,
se encontraba la vivienda de un hermano de José Miguel Galván Bello
y más allá, en la carretera general que conducía a la ermita,
residían los hermanos Cruz, Tomás y Pedro, el óptico Raimundo Rieu,
el contratista Pablo Corona, el doctor traumatólogo Luis Carrasco...
Enfrente, los hermanos García Bethencourt,
destacando más arriba una surtida tienda de ultramarinos.

El Médano tenía una estafeta de correos
(el señor Perera repartía la correspondencia
cuando cerraba su negocio de comestibles)
y, en la plaza de tierra, frente al hotal,
una señora mayor llevaba un locutorio público de Telefónica...



Pocas viviendas tenían luz
(generadores eléctricos, algunas)
y por las noches la oscuridad era total.
En la plaza, rodeado por tarajales, estaba el balneario-bar El Cañaveral
(disponía de un pequeño servicio de hamacas)
recubierto de cañas procedentes de los cultivos de tomateros.

En un recodo de cemento y al amparo del viento,
por las noches,
los jóvenes veraneantes se daban cita en El Cañaveral
en donde siempre sonaba alguna guitarra...



Predominaban los guateques caseros pues en el hotel,
vigilado por unos porteros ingleses,
los bailes en su discoteca estaban reservados
para los huéspedes o mayores de 21 años...
En el restaurante "Costa Roja",
al otro extremo del pueblo, se celebraban en su mini-discoteca
algunas sesiones de bailes para la juventud
mesitas reducidas alumbradas por velas
adaptadas a botellas del whiski Vat-69

El "Costa Roja" permaneció cerrado durante largas temporadas.
Años después vendrían los bares
"Casa Avencio"
"El Familiar"
"Casa Bernardo"...
y la luz eléctrica!!!

En el vídeo recreamos el ayer del Médano.
Nostálgico y auténtico...

 A mí me gusta... Y a ti?



Gracias por tu ratito de atención.
Te agradezco un comentario.
Me satisface saber qué les parece la publicación...