Exquisita, pero escasita
(eso dice siempre un amigo mío).
(según Juan Yanes)
___________________________
Equilibrio
gastronómico.
Tengo el colesterol por las nubes
y los triglicéridos haciendo
la revolución permanente por su cuenta.
Pero equilibrado sí estoy.
Gastronomía de
derechas.
La más rancia
tradición del cerdo ibérico.
Gastronomía para
intelectuales.
Coma pensamiento
blando, es laxante.
Gastronomía
democrática.
Café para todos.
Gastronomía
socialdemócrata.
Agrupémonos todos y
todas entorno a la nueva cocina de diseño.
Gastronomía de
izquierdas.
Como el gusto es una
construcción social de clase,
hay que comer poco, rápido, barato y mal.
Gastronomía monárquica.
¡Viva la restauración pura y dura!
Yogur.
¡Viva la gente gorda! dijo un yogur
anarquista.
Cambio histórico.
Don Quijote hecho una bola de grasa y
Sancho Pánza flaco como un pírgano.
Aquí va a pasar algo gordo.
Aceite virgen.
El aceite de oliva virgen extra, me perturba.
Reservado el derecho
de admisión.
Dos tercios de la humanidad no está invitado al banquete.
Cocinilla.
Llámase así al lector de libros de recetas y
a esos que dicen:
”hoy hago yo la comida”.
También al lector de
recetas de termomix,
previa realización de un máster ad hoc.
Gastronomía de
ficción.
Como somos androides
literarios soñamos con chuletas de cordero eléctricas.
Gran reserva.
La gente muy reservada se lo toma con gran
reserva.
Eructo.
Decía que tenía el píloro canoro.
Colesterol.
Hace siglos que no me como un rosco, por lo
del colesterol.
Vegetarianismo.
El vegetarianismo es el monoteísmo de la
lechuga.
Artistas invitados.
Gargantúa y Pantagruel, Don Carnal y Doña
Cuaresma.
Gastronomía en
tiempos de crisis.
Hoy comimos sillas
en escabeche… y tan contentos.
Cuestión de método.
La quintaesencia se obtiene
estrujando la esencia cinco veces.
La orgía perpetua.
Heliogábalo sirvió una cena condimentada con
1.500 lenguas de flamenco rosa.
Cuaderno de campo.
Tengo un libro de notas en su tinta.
Raritos.
Conocí a uno que se alimentaba de entropía.
Antes.
Antes iba mi abuela al monte a coger leña para hacer de
comer.
Si te trincaban, te metían preso.
Tan pobre y mísero estaba.
Desayunaba media epanadiplosis
y un café con leche,
en realidad no desayunaba.
Dieta.
He bajado de peso (mental).
Sumillier.
Me preguntó el mancebo del laboratorio de
análisis,
si yo era el sumiller del Conde Drácula.
Frugalidad vaticana.
En el refectorio, el boccato
di cardinale está
totalmente prohibido.
Comida basura.
La comida basura como su propio nombre
indica es caca.
Gastronomía
cinematográfica.
El festín de Babette, abre el apetito. La
grande bouffe, lo quita.
Juan Yanes