Este es el nombre por el que la comunidad científica conoce a la carabela o fragata portuguesa.
Una falsa medusa que en los últimos días ha irrumpido en la costa de El Médano.
Una falsa medusa que en los últimos días ha irrumpido en la costa de El Médano.
Pese a su aparente similitud con la medusa,
se trata de un organismo gelatinoso y de tipo colonial,
que cuenta con numerosos tentáculos provistos de cápsulas urticantes que liberan un veneno mucho más tóxico
y que puede paralizar a un pez grande y afectar seriamente al ser humano con dolores muy intensos e incluso provocarle la muerte.
se trata de un organismo gelatinoso y de tipo colonial,
que cuenta con numerosos tentáculos provistos de cápsulas urticantes que liberan un veneno mucho más tóxico
y que puede paralizar a un pez grande y afectar seriamente al ser humano con dolores muy intensos e incluso provocarle la muerte.
No se debe tocar a esta falsa medusa bajo ningún concepto,
aunque parezca que está muerta en la arena.
aunque parezca que está muerta en la arena.
Es normal que los pequeños se acerquen y la toquen.
Ahí está el peligro, aunque parezca que está muerta o seca,
la hidratación las puede devolver a la vida y accionar su capacidad para atacar.
Ahí está el peligro, aunque parezca que está muerta o seca,
la hidratación las puede devolver a la vida y accionar su capacidad para atacar.
La carabela portuguesa es más fácil de identificar que las medusas,
ya que tiene una especie de flotador que se ve a simple vista
y que además facilita también su retirada de las aguas.
ya que tiene una especie de flotador que se ve a simple vista
y que además facilita también su retirada de las aguas.
La presencia de este organismo colonial
suele ser más frecuente entre los meses de febrero y la primavera.
Está formada por una vela gelatinosa que le permite recorrer los océanos
impulsada por los vientos, las mareas y las corrientes marinas,
mientras que del cuerpo central cuelgan numerosos tentáculos
que le sirven para atrapar a sus presas y que extendidos
puede llegar a medir entre 10 y 50 metros.
suele ser más frecuente entre los meses de febrero y la primavera.
Está formada por una vela gelatinosa que le permite recorrer los océanos
impulsada por los vientos, las mareas y las corrientes marinas,
mientras que del cuerpo central cuelgan numerosos tentáculos
que le sirven para atrapar a sus presas y que extendidos
puede llegar a medir entre 10 y 50 metros.
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