El pequeño barranquillo donde está situada irradia tranquilidad
y nos transporta a una época en la que el bien emana
natural y sincero.
Nuestro Hermano Pedro
sin duda sigue presente aquí...
Esta cueva es considerada como uno de los puntos de peregrinaje más importantes de la isla (después del Santuario de la Virgen de Candelaria) y mueve al año más de 300.000 visitantes.
En esta cueva es donde el Santo se paraba a descansar con su rebaño para recuperar de nuevo fuerzas y andar el camino hasta su pequeño pueblo en los altos de Vilaflor.
Actualmente en el interior de la cueva hay una imagen de madera del santo, la cueva tiene una sección que está totalmente rodeada de ofrendas de los fieles.
Totalmente recomendable visitarla y sentir las vibraciones de la zona, es un lugar muy especial... más allá de las creencias religiosas de cada uno.
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