Prueba de que los campistas ya no son lo que eran, o mejor dicho, ya no son los que fuimos... gente preocupada por el medio natural y responsable de su conservación.
"Diego Hernandez", o simplemente "La Caleta", se ha convertido en un reducto de suciedad, y año tras año comprobamos que la situación empeora.
Lo de este año no lo había visto jamás, de latas y botellas se ha pasado a dejar abandonado todo tipo de porquería. Da tristeza ver lo alegremente que usamos nuestros espacios sin pararnos a pensar que su consevación depende enteramente de nosotros mismos, del día a día.
Me deprimo al comprobar que en nuestra tierra sean necesarios aún carteles de alertas y prohibiciones que nos recuerden que vivimos en un lugar pequeño y vulnerable.
En definitiva,
nuestra costa se ha transformado en un paraíso de tranquilidad pintado de basura...
Y es una verdadera pena porque el lugar es una delicia!!!
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